summary: Bella,Edward.Jasper y Emmet caen en un juego erótico que podría cambiarlo n cada desafío sexy, se hace más claro que en el fondo, Bella desea no a uno, ni a dos, sino a sus tres amigos que siguen solteros.¿Tendrá que escoger?.TH. ADVERTENCIA contiene material para mayores de edad.Si eres sensible no sigas leyendo.
Capitulo 5
-La Carrera Erótica es Similar pero de ninguna manera enlazada con La Carrera Fantástica, y desafiando a un nivel completamente diferente- La pequeña rubia guiñó un ojo antes de continuar. -Mike y yo nos conocimos en esta carrera, así que no tienen que ser una pareja en la línea de partida. Pero si no lo son, les advertiré que definitivamente van a conocerse mucho mejor en la meta-
Mike fue a pararse al lado de la guía. Si Bella no estuviera congelada en conmoción, se habría maravillado por el extraño acoplamiento entre la animadora alegre y menuda y el hombre relajado y afable. Jessica levantó la voz para ser oída sobre la multitud bulliciosa que pasaba.
-Cada pareja…um…grupo recibirá tres pistas, y tres desafíos una vez que solucionen sus acertijos. Ya que uno de los equipos tiene más de dos miembros, dos de sus miembros tendrán que participar en uno de los desafíos y dos serán excluidos de otro, sólo para ser justos. Bien, ¿estamos todos listos? ¿Han traído sus cerebros y sus libidos? ¡Entonces comencemos La Carrera Erótica!
-Mierda santa, salgamos de aquí. Estamos en la excursión incorrecta. ¿Cómo pasó esto?-Bella agarró a Jasper y Emmet por las camisetas de Los Diablos de Bella, sacudiendo su cabeza hacia Edward para que los siguiera.
Edward no se movió, pero ella notó la vacilación en su mirada. -Fueron Alice, Renesmee y la tía Sue. Dejaron una nota para nosotros con nuestra guía. Ellas pagaron por todo esto, Mario, y prometieron reembolsarnos por la otra carrera. La que comenzó hace varias horas.
-Las mataré- dijo Bella con enfado aunque poco a poco era suplantado por el pánico y el nerviosismo.
-Lo harás después de leer su nota ridícula- Jasper rió sombríamente. -Les dije que esto era una broma, chicos. Debimos esperarla en el bar.
Bella extendió su mano y Edward le dio la nota.
Ella arrugó la nota en su mano, sintiéndose traicionada. ¿Cómo pudieron decirles a los chicos lo que había compartido con ellas en confidencia? Su rostro se calentó. ¿Qué pensarían de ella? Conociéndolos, podrían ir en cualquier dirección. Tomándole el pelo y burlándose por el resto de su vida, o la misma distancia incómoda que Jasper y Emmet habían tenido desde que Emm les dijera su orientación sexual.
-Ella no se está riendo de esto. ¿Por qué no te estás riendo de esto, Bella?- Emmet inclinó su cabeza, su mirada alerta.
-Y-yo estoy, uh, eso es…-
Jasper aparecía asustado. -Ella tartamudea.
-Sí, lo hace. Y ella sólo lo hace cuando está tratando de mentir. Eres muy mala para mentir, Mario. ¿Alguna vez te lo dijimos?- Edward se había acercado, los tres rodeándola por todos los lados. Oh Dios.
-D-deberíamos irnos-dijo Bella con un claro nerviosismo.
-¿Dimitiendo ya? ¿Antes de que el juego incluso comience? Bueno, mi amor, parece que ganamos la apuesta.- La voz de Ben ralló sobre sus nervios ya raídos.
-¿Apuesta? ¿Oí a alguien mencionar una apuesta?- En instantes las tres parejas los habían rodeado, su nueva Némesis, Ben, poniendo a todos al corriente de su pequeña apuesta colateral. Todos querían unirse a la diversión.
Una muchacha de aspecto gótico con acento ruso se presentó como Lauren. Ella sonrió con satisfacción mientras sujetaba a un hombre delgado y pálido, obviamente menor que ella, en un apretón poderoso. -He jugado este juego muchas veces. Ganaré sin dificultad.- Una pareja mayor de Inglaterra, ambos viéndose más como abuelos que como perversos intercambiadores de pareja, llegaron de prisa. -Ah, pienso que no, queridos. Quil y yo hemos tenido años de práctica. Podemos ganarles. Estamos adentro.
-Claire.-
-Vamos, amor.-
-Bien. Estamos adentro.-
La apuesta acababa de crecer a proporciones serias. Mierda. Edward se inclinó más cerca para susurrar en su oído. -Si nos marchamos ahora tendremos que pagar a toda esta gente por un juego en el que ni siquiera competimos. Un juego que podríamos ganar-
Su boca se secó, y ella tragó. -P-pero no queremos… quiero decir, ustedes no quieren hacer esto. ¿O sí?-
-Oh, yo quiero, cariño. Y pienso que puedo decir con seguridad que Jasper y Emmet quieren también. Podemos ganar esta apuesta para ti, Bella. Somos invencibles como equipo, sin importar el juego. Tú misma lo dijiste. Vamos. Juega con nosotros.
Esto no podía estar pasando. Ella miró a Emmet con duda. El bastardo sonreía de oreja a oreja. El asintió, estando de acuerdo con Edward. Jasper le dio un toque en el hombro, y ella miró hacia él. -Oye. No pienses en ello. Sólo hazlo- Él le dio una cerveza. ¿Tenía otra? La agarró y se la tomó de un trago, su frío sabor hizo poco para calmar sus nervios. Bajó la botella y miró a cada uno de ellos a los ojos. Tenía el mal presentimiento de que, de una u otra manera, no habría regreso si aceptaba su obvio desafío.
Pero oh, cuanto quería aceptar. ¿Podría ella tener su torta y comerla también? ¿Tener su fantasía, ellos tres, y no arruinar una amistad de toda la vida?
Edward sintió su bajada de guardia y entró a matar. -Un juego, Bells. Eso es todo. Una noche para caminar por el lado salvaje. Sin arrepentimientos.
Maldición. Bella sabia que no podía negarle nada a Edward cuando le decía Bells.
Ella echó un vistazo alrededor a las otras parejas, su mirada conectó con un sonriente Mike. -De acuerdo, niños y niñas. Es una apuesta.
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