summary: Bella,Edward.Jasper y Emmet caen en un juego erótico que podría cambiarlo n cada desafío sexy, se hace más claro que en el fondo, Bella desea no a uno, ni a dos, sino a sus tres amigos que siguen solteros.¿Tendrá que escoger?.TH. ADVERTENCIA contiene material para mayores de edad.Si eres sensible no sigas leyendo.
Capitulo 2
-Estoy tan contenta de haber traído uno extra. Sabía que te verías así de sexy en un bikini-Renesmee miraba a Bella de arriba abajo deteniéndose a admirar sus pechos que sobresalían del pequeño bikini azul.
-No puedo creer que sean reales. Yo mataría por un par así.
Bella iba a matar a Jake. ¿No debería él estar en su suite de luna de miel, haciendo cosas locamente pervertidas con sus nuevas desposadas? En cambio, él y los otros chicos habían desaparecido, dejándola sola con Alice y Renesmee. Ellas la habían convencido de tomar un poco de sol en la piscina y al parecer, su traje azul descolorido de una sola pieza no estaba permitido en la fiesta.
Ajustó los estrechos triángulos que estaba segura apenas cubrían sus pezones. Renesmee tenía una figura agradable, pero la parte de arriba del bikini era demasiado pequeña. La pesadilla de la existencia de Bella habían sido siempre sus pechos. Sin importar cuán compacto o deportivo era el resto de su cuerpo por una vida de juegos con los chicos, sus pechos nunca se redujeron ni una sola talla de copa. "Pechos porno" los había llamado Jacob una vez. Antes de que Edward y Jasper le pegaran en la mandíbula.
-Oh, relájate Bella. Solo recuéstate, disfruta las margaritas por cortesía de la boda y dinos todo sobre Jake cuando era un adolescente con las caliente- La risa de Renesmee era contagiosa, y bastante pronto, fuera por el alcohol o la compañía, Bella se encontró relajada. Y compartiendo historias.
-¿Tu – tu quieres decir que él en realidad pensó que su… que eso era…?
-Lo juro. Y estaba demasiado asustado de que el doctor le dijera a su madre, así que Edward y yo tuvimos que llevarlo a la ciudad más cercana mientras Jasper y Emmet lo cubrieron con una ridícula historia de pesca.
Alice expulsó a chorros su margarita, y las tres muchachas gimieron con humor renovado mientras la secaban con la toalla. -Ustedes pensarían que esa cosa está hecha de oro por la manera en que van alrededor de ella.
La sonrisa de Renesmee era astuta. -Bueno, la de Jake, sin duda, vale su peso en oro. Las cosas que puede hacer…mmmmmm.
-Lalalala. Demasiada información, gente. Amiga y socia de negocios aquí. No necesito saber nada sobre lo que él puede hacer con cualquiera de sus trozos y piezas.
Alice inclinó la cabeza hacia Bella. -Vamos, niña. ¿De qué estás hecha, de piedra? Has estado rodeada por cuatro de los hombres más perfectos sobre el planeta. Cuando Jake me presentó por primera vez a su grupo casi llegue al clímax antes del postre. Y tú no sólo trabajas con Edward, sino que pasas la mayor parte de tu tiempo libre unida a los tres por sus caderas. Dime que no has fantaseado sobre uno o varios de ellos en todo el tiempo los has conocido, y te diré que tengo algunas ex-novias en las que podrías estar interesada.
Bella se ahogó sobre su bebida. Era difícil acostumbrarse a los chismes femeninos. Nunca había sido buena en ello. La maldición de ser una marimacho. Denle una caña de pescar o una montaña para escalar, pero por favor Dios, sálvala de las conversaciones en el servicio de señoras.
-Por supuesto que sé que ellos son magníficos. Soy de la que todas sus aspirantes a novias se hacen compinches con el fin de que hable a favor de ellas. Pero hemos sido amigos siempre. Y algunas cosas son más importantes que mi vida sexual, o la falta de ella.
Renesmee frunció el ceño. -Mira, eso es lo que no entiendo. Eres el sueño húmedo de todo hombre. Te gusta el fútbol, tienes el cuerpo de una bailarina exótica, sin ánimo de ofender, y eres la co-propietaria de una cadena de tiendas de artículos de deporte increíblemente popular. ¿Cómo es que estás todavía soltera?
Bella resopló. -¿Tienen hermanos mayores?-Ambas chicas sacudieron sus cabezas. -Bien, yo tengo cuatro; Cuatro hermanos sobre protectores, irritantes, pero bien intencionados. Para ser justa, Jake nunca se unió realmente a los otros en lo que hacían. Pero no ha habido todavía un hombre que pueda pasar las pruebas.
-¿Pruebas?- Ambas muchachas hablaron al unísono. Alice llenó el vaso de Bella con más margarita helada. Ella asintió. -Ellos tienen un sistema. Jasper va por el cerebro. Él los interroga intensamente, los prueba, trata de hacerlos equivocarse. Si aprueban una conversación con él, Emmet toma el relevo. Él es tan intenso, nunca sabes si va a humillarlos, golpearlos, o ambos. Si el hombre es lo bastante determinado para sobrevivir a ese encuentro, el peso pesado es llamado.
Renesmee colocó el dorso de su mano sobre su frente, fingiendo desmayarse.
-Edward. Ese es un alto, bien formado y sexy pedazo de hombre.
Bella hizo rodar sus ojos, aunque en secreto estaba de acuerdo. -Sí, él es una leyenda en su propia mente. Mister Universo hace que del susto se caigan los pantalones de cualquier pretendiente que quede en pie y, ¡zas!, ninguna vida sexual para Bella.
Alice sacudió la cabeza como para aclararla de su niebla de margarita.
-Entonces, espera un segundo. ¿Estás diciendo que tus amigos entre comillas espantan todas tus citas? Eso me enojaría en serio. ¿Por qué los dejas estar en cualquier lugar cerca de un novio probable? Suena como si tu apuesta más segura sería evitar presentárselos.
-Yo nunca podría hacer eso.- El tono de Bella era firme. -Quiero decir, eso me vuelve loca, pero por otra parte, ¿por qué querría yo a alguien que no pueda manejar a los chicos? Ellos son mis mejores amigos. Edward, Jasper y Emmet, ellos son mi familia. También Jake. Sin lugar a dudas, los escogería siempre.
Renesmee sostuvo su mano. -Puedo estar bebida y mareada con la dicha de la recién casada, pero tengo una teoría.- Zigzagueó un poco en su silla reclinable antes de señalar a Bella. -Tú los amas.
-Por supuesto que los amo.- dijo Bella como si estuviera hablando con un niño de 5 años.
-No, no. Tú los amas.
Bella se enderezó. -No seas ridícula. Prácticamente somos parientes.-dijo Bella sin poder creer lo que Renesmee le decía.
Alice sacudió la cabeza. -Ni siquiera un poco emparentados. Soy una enfermera, sé de esas cosas. Y amándolos o no, definitivamente los deseas. A los tres.
Esto era ridículo. -¿Los tres? ¿Si estamos delirando, por qué no añadir a Jacob a mi lista de fantasía?
-Tú no quieres a Jake. Confía en mí, seríamos capaces de reconocerlo. No, con él estás bien. Lo amas como a un hermano, y él se siente de la misma manera hacia ti. Pero es más que obvio que el resto de ustedes tiene…tensión.
Bella se retorcía en su silla. Los hombres eran mucho más simples. Ellos no recogían pistas sutiles, o notaban cosas que no querrías que notaran. No por lo general. Y si lo hacían, eran demasiados hombres para molestarte mencionándolo. -¿Tensión?-
Renesmee se abanicó. -Oh sí. Si sólo pudieras ver las miradas que recibes cuando les das la espalda. Lava caliente, compañera.-
-¿Quién me mira?
-Todos lo hacen, Bella. Edward, Jasper, Emmet. Por lo que a ellos respecta no hay otras mujeres cuando tú estás alrededor. Para gran decepción de la población femenina de Denver.
-¿Ves? Ahora sé que mientes. Ellos han traído citas a nuestras reuniones. Los he visto ligar con chicas en bares. Todavía recuerdo cuando Edward se ligo a Tanya. Estuvo una semana entera hablando de lo buena que era en la cama. Y que me dices de Jasper, el estuvo saliendo con Maria por un tiempo hasta que ella le metió los cuernos. Y con respecto a Emmet…bueno esa es otra historia. Diablos, tenemos llaves de las casas de cada uno. Y déjame decirte que, por la cantidad de mujeres y hombres que he visto pasar por las puertas giratorias que ellos llaman dormitorios, ninguno de ellos está sufriendo.-
Alice llevó una fresa hacia su boca, masticando y tragando antes de hablar. -¿Has visto algo de eso recientemente? Porque hemos estado con Jake durante casi dos años, y la única mujer con la que los hemos visto, aparte de nosotras, eres tú. Emmet, a pesar de su bravuconería, no ha traído a nadie tampoco. Piensa en ello.
Ella pensó en ello. Ellas tenían razón. Los chicos no habían traído muchas citas recientemente. Y El Señor sabía que no habían dejado un hombre dentro de diez pies cerca de ella. Tal vez sólo estaban emocionalmente agotados por las citas. Tal vez habían caído en la rutina. ¿Quién sabía? Independientemente del caso, las chicas se equivocaban. Esto no tenía nada que ver con ella.
¿Pero estaban en lo cierto sobre sus propios sentimientos? Pensó en Edward, su protección, sus ardientes ojos verdes y ese cabello indomable de un extraño color rubio dorado con un toque de color bronce y cobrizo. El tímido Jasper, el Profesor de Inglés con el aspecto de un rubio Adonis, con unos ojos celestes que cada ves que los mirabas parecía que te perdías en el mas hermoso océano y un ingenio e intelecto que siempre la asombraban. Y Emmet. Emmy. Su cuerpo que te llevaba a pecar, sus músculos y ojos de un celeste intenso la hacían babear, pero eran su sentido del humor e irreverencia lo que ella amaba. Él siempre la hacía reír.
Oh, hermano. Estaba en problemas.
besos,Darky!
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