summary: Bella,Edward.Jasper y Emmet caen en un juego erótico que podría cambiarlo n cada desafío sexy, se hace más claro que en el fondo, Bella desea no a uno, ni a dos, sino a sus tres amigos que siguen solteros.¿Tendrá que escoger?.TH. ADVERTENCIA contiene material para mayores de edad.Si eres sensible no sigas leyendo.
Capitulo 3
-Miren, sé que tienen buenas intenciones, y puede que tengan razón. Cualquier mujer que los haya conocido por más de cinco minutos tiene un flechazo por al menos uno de ellos. Así que soy humana. Pero eso no significa que algo vaya a pasar.- Se encogió de hombros.
-Yo no soy como ustedes, no soy realmente buena en…compartir. Sin duda un defecto en mí, pero ahí lo tienes.
Renesmee se acercó para sentarse a su lado, lanzando un brazo amistoso sobre sus hombros.
-El amor viene en muchos paquetes. Eso lo escribí yo misma. De cualquier forma que lo encuentres, si te hace tan feliz como lo somos nosotros, entonces ese es el adecuado para ti.
Bella cerró los ojos con un gemido. -Si pudiera encontrar un paquete que los envolviera a todos en un chico, sería feliz. Juntos ellos harían al hombre perfecto.
-Ahora, ¡esa es una fantasía!- Las tres mujeres brindaron por el pensamiento, riendo tontamente.
-¿Les importa compartir la broma?-
Ahora fue el turno de Bella para derramar su bebida. La margarita helada de fresa empapó sus dedos y cubrió sus muslos. -Maldita sea.
.¡Uy! Iremos a buscar algunas servilletas.. Renesmee y Alice se pusieron de pie de un salto más rápido de lo que era prudente, considerando cuánto habían estado bebiendo, y desaparecieron en una masa tambaleante de risas femeninas.
-¡maldición! Eres un desastre, Mario. -Gracias, Edward. No sé lo que haría sin ti para señalarme esas cosas. ¿Vas a ayudar o sólo a burlarte de lejos?
Edward rió entre dientes, quitándose su camiseta y usándola para secar sus muslos. Dios, él era magnífico.
-Ayudar, desde luego. ¿Piensas que las chicas están contentas? Jake está adormecido por el alcohol y no siente nada. La mayoría de las personas le compraron una ronda para celebrar. Si esa gente realmente lo quisiera le comprarían unas rondas de café, de otra manera su noche de boda será un recuerdo confuso de vomitar repetidamente y dolor.
Bella asintió, lamiendo el frío líquido pegajoso de sus dedos. -Es verdad.
-¿Qué es verdad?-dijo Edward con vos ronca.
Bella miró hacia abajo, notando que Edward todavía frotaba sus piernas con su camiseta de algodón. Frotando en una caricia lenta, circular que la estaba encendiendo un poco. ¿Un poco? Ella resopló. ¿A quién engañaba? -Que no deberías beber en tu noche de bodas.
-Ajá. ¿Necesitas alguna ayuda con eso?
-¿Con qué?- Bella encontró su mirada. Él miraba sus dedos que todavía goteaban la margarita. Antes de que tuviera una posibilidad para rechazarlo, Edward extendió la mano para agarrar su muñeca, llevándola hacia su boca.
Oh. Mi. Dios. Bella no se movió, apenas respiró mientras él deslizaba sus dedos uno por uno en su boca y los chupaba.
Ella presionó juntos sus muslos, no queriendo que el calor llenara su vientre, su sexo. Un pequeño gemido escapó de su garganta, y los ojos verdes de Edward se oscurecieron.
Un chillido ruidoso, seguido de varios chapoteos de la piscina cercana hicieron que Bella tirara de su mano hacia atrás.
-Gracias, Edward.- Su risa sonó forzada, pero no había nada que ella pudiera hacer sobre ello. Tomó su camiseta y terminó de secarse antes de devolvérsela. -Creo que he bebido demasiado. Renesmee y Alice son una mala influencia.
Edward se puso de pie, su expresión tan cariñosa como siempre, a menos que ella mirara sus ojos. Estos contaban una historia diferente. -Bueno, es por eso que este barco de fiesta flotante era una idea tan buena. No necesitas preocuparte sobre tener demasiada diversión, Mario. Esta vez no tendrás que ser la conductora designada. Aún cuando, ya me conoces, yo preferiría estar de campamento.
-Te entiendo.- Gracias al cielo estaban de vuelta en terreno familiar. -¡Eh!, asegúrate de decirle a los chicos que no tengan demasiada diversión esta noche. Los necesito a todos en su mejor momento mañana.
-Así es. La excursión en tierra en Cozumel.
Bella asintió, frotando sus manos. La Carrera Fantástica. Aparte de la boda, era lo que la había convencido de entregar el negocio a los supervisores y venir a este crucero.
Era justo como el programa de televisión, un juego de búsqueda de velocidad. Este necesitaría cerebro, encanto y resistencia. Y ella tenía los hombres perfectos para el trabajo. -Vamos a ganar esa carrera. Somos un equipo invencible.
-Sí. Lo somos. Les daré la información.
Edward dio vuelta para alejarse, llevaba su camisa hecha un ovillo en su puño, y Bella gimió. ¿Qué demonios fue eso? Además de una de las cosas más eróticas que alguna vez le habían pasado. ¿Y cuán triste y patética era aquella verdad? Mucho.
Tal vez cuando llegara a casa de estas vacaciones, volvería a pensar en llevar a un hombre a través del guantelete de amigos. Ella necesitaba algo, y estaba condenadamente segura que no era un beso amistoso en la mejilla. O una chupada de dedo. Aunque fuera agradable.
Bella necesitaba un hombre. Un hombre. Si se lo decía a sí misma las veces suficientes, podría empezar a creerlo.
Besos, Darky
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