Tres para mi - Capitulo 4

                                


summary: Bella,Edward.Jasper y Emmet caen en un juego erótico que podría cambiarlo n cada desafío sexy, se hace más claro que en el fondo, Bella desea no a uno, ni a dos, sino a sus tres amigos que siguen solteros.¿Tendrá que escoger?.TH. ADVERTENCIA contiene material para mayores de edad.Si eres sensible no sigas leyendo.


                                                 Capitulo 4

                      

 ¿Cuatro y media? Ellos atracaban a las dos de la tarde. ¿Por qué había cambiado el horario?

No le habían dado tiempo para pensar en ello. Renesmee y la tía Sue se hicieron presentes para desaparecerla en un día completo de tratamientos de spa. Nunca se había hecho una manicura antes, segura que sería similar a una tortura pero, en realidad se sintió bien.

Después de un facial, una envoltura corporal, un masaje de tejidos profundos y una manicura-pedicura, Bella se sentía como la gelatina. Feliz y femenina gelatina. Cuando regresó a su habitación y saltó en la ducha, eran las tres cincuenta y cinco. Se puso de prisa unos pantalones cortos y una camiseta sin mangas, deslizando su largo cabello castaño en una cola de caballo mientras corría por el muelle hacia las intensamente coloridas cabañas de compras que conforman Porta Maya, en Cozumel.

Entró en el bar, buscando una cara familiar. ¿No estaban aquí? ¿Había llegado demasiado tarde? Estaba a punto de preguntar a alguien la hora cuando sintió una palmadita en su hombro.

-¿Sra. Swan? ¿Bella Swan?

-¿Sí?- Bella giró y miró hacia arriba. Y algo más arriba. Un hermoso hombre rubio- que parecía apenas mayor de edad- le sonreía. -Oh, bien. Soy Mike y seré su guía y el principal otorgador de pistas esta tarde. El taxi con sus compañeros de equipo y dos de las otras parejas que juegan hoy, se acaba de ir. Jessica, mi cómplice, los vigila mientras yo la esperaba a usted y a otra pareja... y  aquí están ellos ahora.

 Oh, él tenía un acento. Alemán por el sonido. Un magnífico alemán menor de edad. Hablando de chicos buenos, ¿por qué no la habían esperado? Esa no era su costumbre. -Ellos me dijeron cuatro y treinta.

 -Está bien, señora. No estaremos más que un momento detrás de ellos.- La condujo dentro del taxi que los esperaba. -Prometí a Edward y los otros que la mantendría a salvo.

Él dio vuelta para presentarse a una pareja que lucía adorable. De luna de miel. Y jóvenes también. ¿Cuándo había pasado eso? ¿Cuándo comenzó la gente a llamarla señora? Sólo tenía treinta y cuatro. ¿Cuándo se había hecho de repente…mayor?

La pareja se le unió en el taxi, y ella se presentó. La esposa se ruborizó y miró hacia abajo tímidamente, pero el hombre le ofreció su mano para saludarla.

-Soy Ben, y esta es mi esposa, Ángela- Ben miró sobre su hombro al frente del taxi, donde Mike hablaba en tono bajo al conductor.

-Entonces, Mike. ¿Cómo te involucraste en este, um, juego? ¿Es un poco salvaje, verdad?

Mike dirigió una sonrisa brillante en su dirección. -Vine a Cozumel de vacaciones, justo como ustedes. Me registré para la carrera y conocí a Jessica. El resto, como ustedes dicen, es historia.

Bella vio un momentáneo calor brillar en sus ojos. Así que él y su compañera guía turística eran pareja. Que dulce. Ben se volvió hacia ella. -Usted parece muy agradable, Bella. Pero debería saber que usted y su novio van a perder. Mi Ángela y yo hemos estado practicando.

Bella cruzó los brazos sobre su pecho, su sonrisa creciendo ante la expresión satisfecha. -No cuentes con ello, compañero. Mis chicos y yo somos bastante competitivos.

Sus palabras levantaron una mirada sorprendida de los grandes ojos saltones de Ángela. -¿Sus…chicos? ¿Más de uno...?

Ella asintió, y Ben puso a Ángela más cerca de él.

-Bueno eso es muy, um, moderno de su parte, Sra. Bella. Pero todavía estoy confiado. Tan confiado que pienso que deberíamos hacer una apuesta. Doscientos dicen que mi Ángela y yo saldremos vencedores. O al menos, los superaremos.

Uh-oh. El pobre muchacho no sabía con quién estaba tratando. Si ella le decía a los chicos sobre la apuesta, y lo haría, ellos moverían cielo y tierra para ganarla. Esa era su forma de ser.

-Que sean doscientos cincuenta y estoy de acuerdo.- Se dieron la mano justo cuando el taxi se detuvo.

 -Estamos aquí, damas y caballero. Déjenme llevarlos a que se unan al resto del grupo para que Jessica pueda decirles las reglas y darles los papeles que tienen que firmar.

Salieron del taxi en el corazón de la pequeña ciudad costera, y Bella fue directo hacia Edward y Emmet. -¿Dónde está Jasper? No importa, tengo que decirles enseguida. Aposté con aquella pareja recién casada que nosotros les ganaríamos. Doscientos cincuenta dólares, chicos. Ustedes saben lo que eso significa.

 -Bella…Bella hay algo que tenemos que decirte también.- Emmet se veía perturbado. Pasó las manos por su pelo enmarañado color rubio oscuro y miró a Edward. -Hazlo tú.

Edward se burló de Emm, agarrando a Bella por los hombros. -Cariño…Bells…Esta carrera es –

 -¡Bella! Bienvenida al Infierno. ¿Te han dicho ya?-Jasper devoró una botella de Dos Equis* en menos de un minuto. Él era abstemio. Y odiaba la cerveza. ¿Qué estaba pasando?

-¿Decirme qué? ¿Estás bien, Jasper?

Emmet sacudió su cabeza. -No, no lo está. Esa es su tercera cerveza en los últimos diez minutos.

 -¿Están todos aquí? -la guía turística llamo la atención de todos- Maravilloso. ¡Bienvenidos a La Carrera Erótica.

Besos, Darky